sábado, 4 de enero de 2014

"Hacia la estrella marinera"

Sebastián corría por el malecón de Puerto Vallarta. Descansó al llegar al Caballito de mar, una escultura de bronce cabalgada por un niño desnudo.

Se sentó en uno de los escalones de la base de la figura. Fatigoso observó la infinidad de jóvenes que se reunían en la playa. El ambiente festivo de la primera noche de año no logró cautivar su cuerpo con esa felicidad fugitiva de tiempo atrás.

Un niño se acercó entonando una conocida canción cardenche:
 “Yo ya me voy a morir a los desiertos, me voy dirigido a esa Estrella Marinera …”.

 Los ojos de Sebastián brillaban como las estrellas del cielo Vallartense.

El canto sereno del pequeño se instaló en los recuerdos del chico, una sensación de divinidad transitó en su corazón.

El niño tomó asiento junto al joven, permaneciendo en silencio durante unos minutos trató de indicarle que debía mirar los fuegos que descendían del cielo.

Por un momento se sentía alejado del bullicio, de la tierra. Aquella canción volvía a ser entonada  “Sólo de pensar que dejé un amor pendiente, nomás que me acuerdo me dan ganas de llorar…” .

Suspiró en lágrimas mirando hacia el niño, pero este continuaba cantando al mundo.

 Al finalizar el canto comenzó a perder tono en la piel hasta que ésta se tornó transparente y desapareció.

Sebastián no podía creer que su hijo hubiera estado con él cuando hacia menos de dos horas que había fallecido. En ese momento comprendió que no debía seguir corriendo, que no debía despedirse porque él siempre permanecería a su lado.







1 comentario:

  1. Muy bonito, conmovedor, de esas pequeñas historias que emocionan. Besote Silvia *_<

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