El rizado pelo de Sonia al salir de la piscina del instituto
era toda una atracción para los quinceañeros que iniciaban sus andanzas en la
sexualidad.
Sonia se sonrojaba al salir del agua al ser consciente de la
expectación que causaba en la chiquillería que la examinaban de pies a cabeza,
por esta razón solía permanecer una hora más explorando los fondos de la
piscina, buceando con sus gafas esperando que se fueran las miradas
intimidatorias.
La timidez de Sonia la hacía parecer más atrayente e
interesante, sin embargo, ella repudiaba su falta de confianza y determinación mientras
caminaba escuchando los chismorreos de varias de las chicas de quinto curso.
Al terminar una de las clases de natación, Henar, Raquel y Daniela siguieron a Sonia hacia el vestuario. Esperaron a que se metiera en la ducha mientras Daniela vigilaba el pasillo. Raquel y Henar prendieron fuego a la ropa de Sonia, asegurándose de que no quedara ninguna toalla a su alcance.
Sonia se sobresaltó, salió corriendo, pero no encontró nada
para cubrirse.
Desde aquel momento, Sonia dejó los entrenamientos.
Al llegar el verano, la joven volvió a reunirse con su prima
Claudia, que se había convertido en una experta instructora de vuelos sin
retornos, todo un icono embellecido por su capacidad de liderazgo.
Una de las noches
calurosas de aquel verano, se decidió abrir la piscina comunitaria un par de
horas. Claudia y Sonia corrieron hacia el baño. En sus manos esparcieron un par
de pastillas que compraron a uno de los
chicos mayores del pueblo.
- ¿Estas
segura de que no pasara nada?.
- ¡Segurísima
Sonia!.
Sonia seguía indecisa hasta que Claudia se tragó una de las
pastillas alentándola : “Confía en mi , esto nos hará disfrutar”.
Claudia la abrazó fuertemente , las dos se sonrieron.
-
Te quiero prima.
Al cabo de una hora, Sonia se movía eufórica al ritmo de la
música que sonaba, varios chicos hicieron un corro arrimando sus cuerpos al de ésta. De repente se escuchó un grito desde la piscina.
- ¡Ayuda,
necesito ayuda!- gritaba una voz.
- ¡Se va a
morir!- gritaba otra.
Sonia apartó confusa a varios de los chicos que miraban la
escena estupefactos.
Allí en medio de la piscina flotaba inconsciente el cuerpo
de Claudia.
La ambulancia no tardó en llegar, sin embargo, Claudia ya se
había ido. La policía acordonó el área mientras cubrían el cuerpo de la joven.
TRES AÑOS DESPUÉS.
La competición comenzaría en pocos minutos. Las chicas fueron posicionándose en los trampolines.
Sonia continuaba sentada en uno de los bordes de la piscina.
Observaba fijamente los azulejos del fondo que parecían moverse, en ese
instante pudo ver la última sonrisa que Claudia la regaló, una lagrima cayó en
el agua , era la hora de ponerse en pie.
Jóder, si el anterior fué conmovedor, éste relato ya es "devastador", tan solo hace falta ponerse en la situacion de Sonia.... otra obra maestra en escasas lineas -_-
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