El Barge Inn rebosaba
de inquietantes visitantes llegados de numerosas partes del mundo, habían
traído consigo la aventura y expectación que suponía ser espectadores del
enigmático fenómeno de los círculos de cosecha
en Wiltshire.
El pub inglés se
había convertido en un punto de encuentro para quienes atraídos por el misterio
querían indagar y ser partícipes de él.
Las excursiones se
programaban entre diálogos sobre la posibilidad de que seres extraterrestres
quisieran establecer algún tipo de comunicación con los humanos.
Rita bebía largos tragos
de cerveza negra cuando un joven australiano se dispuso a tomar asiento junto a
ella. Acostumbrada a charlar con veinteañeros, no la resultaba difícil iniciar
una conversación.
Tommy se presentó a
Rita formalmente, para él era un reto aparentar naturalidad frente a una mujer
que la doblaba en edad y le sugería mayor enigma que los círculos.
Rita se mostró interesada
ante las indagaciones que el chico había redactado en un cuaderno de notas en
el que apuntaba todos los avistamientos de círculos. En realidad, Tommy se
había licenciado recientemente como periodista , trabajaba en un periódico local
australiano, mientras que Rita le confesó que ahogaba su reciente separación en
el alcohol.
El bar apagaba sus
últimas luces cuando ambos se miraron comprobando que el tiempo había corrido
tan rápido que tendrían que seguir la charla en otro lugar.
Llovía intensamente
en el exterior, por un momento se quedaron sin palabras bajo las gotas de agua
que cesarían unos minutos después. Tommy la tomó de la mano, ella la apretó con
fuerza recuperando la sonrisa perdida desde hace años.
Ambos corrieron hacía
los campos de cosecha.
Empapados llegaron al
centro de uno de los círculos, la linterna de Tommy alumbró una de las formas
circulares, en ese instante Tommy iluminó el rostro de Rita que acariciaba su
mano cariñosamente.
Aquella noche Rita y
Tommy hicieron el amor en el centro de una de los grandes círculo de cosecha de
Wiltshire, convirtiéndose en los primeros amantes Croppys en descubrir una
nueva forma de comunicación que traspasaba los límites del universo: Su amor.
Bonito a la par que extraño el relato, pero una cosa queda clara..... la reveldia no entiende de edades.. UN BESAZO *_<
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