Cuentan que hace muchos años habitaba en un lejano país del
sur un intrépido y valiente pirata
llamado Media Luna.
Media Luna viajaba por todo el mundo, navegaba por los siete
mares en busca de galeones perdidos, tierras e islas que conquistar. En una
importante batalla en altamar perdió uno de sus ojos quedándole una cicatriz en
forma de media luna, desde ese momento fue reconocido y admirado por su bravura
y temeridad.
Las conocidas hazañas de Media Luna llegaron a las tierras
del norte en donde el Capitán Ojos de Serpiente lideraba uno de los navíos más
grandes e importantes del mar adriático. Corroído por la envidia quiso retar a
Media Luna a encontrar un antiguo tesoro enterrado en Isla Tortuga, e hizo
mandar un bucanero a proponerle tan suculento reto.
Media Luna aceptó y reunió a una partida de más de
doscientos piratas sureños.
Rumbo a Isla Tortuga los dos capitanes soñaban con un tesoro
de valor incalculable.
Transcurrieron más de dos meses con sus noches y días interminables, con sus tormentas y
tempestades, conviviendo con la locura, la ambición y la codicia hasta que se
divisó tierra.
Media Luna y sus secuaces llegaron primero, ansiosos por
desenterrar la fortuna tan soñada crearon grupos de partida por toda la isla,
de tal forma que no quedara ningún rincón, guarida o cueva sin inspeccionar.
Ojos de Serpiente desembarcó a la segunda noche. Sigilosos
los piratas del norte trazaron una emboscada.
Al alba comenzaron su ataque,
millones de piedras llovían, piratas del norte y piratas del sur se enfrentaban
en una larga lucha por el tesoro.
La batalla se prolongó
todo un día, con sus eternas horas. Al caer la noche solamente quedaban
ochenta piratas en pie.
La desesperación y el cansancio se dibujaban en los
semblantes de los hombres.
- - ¡Capitán Ojos de Serpiente esta lucha es inútil,
más de la mitad de nuestros hombres han caído!- Se aventuró a gritar Media Luna
desde una de las trincheras.
- - ¿Y qué es lo que propones?- Preguntó Ojos de
Serpiente.
- - ¡Abandonar esta batalla y unir a nuestros
hombres para encontrar el tesoro, después lo dividiremos en partes iguales!.
Ojos de Serpiente refunfuñó y tras un largo silenció
accedió.
Los ochenta piratas se reunieron creando nuevas rondas y
partidas de búsqueda.
A la séptima luna uno de los bucaneros gritó:
- - ¡Lo encontré, lo encontré!.
Los dos capitanes se aproximaron aún desafiantes, querían ser los primeros en abrir el cofre.
- - ¡Ábralo, Ábralo!- Vociferó Ojos de Serpiente a Media Luna.
Media Luna se dispuso a abrirlo cuando de
repente Ojos de Serpiente le rodeo el cuello con su sable.
- - ¡El tesoro me pertenece!.
Media
Luna estaba atrapado, había sido engañado.
Cegado por la envidia Ojos de Serpiente
ordenó a uno de sus piratas abrir el cofre ante ellos.
- - ¡Ahora admirarás lo que nunca será tuyo!-
Exclamó riendo.
El cofre fue abierto…
Los dos piratas se asombraron al contemplar
lo que anidaba en su interior.
El cofre contenía única y exclusivamente un espejo en el que se podía
leer:
“Tu autem thesaurum”. ( “Tú eres el
tesoro”).
Muy bueno, te atrapa desde el principio y no puedes parar de leerlo hasta saber qué habia en el cofre. Buenísimo Silvia, encima de aventuras, mi devilidad :-) besotes
ResponderEliminarHe leído tus textos enviados por Jerónimo, Viento Ardiente, o Joven Nube, que me tengo que aclarar. Me encanta el del tesoro; tiene su miga. Me llama la atención que Ojos de Serpiente estuviera cegado por la envidia y no por la avaricia o codicia como cabría suponerse para el caso de la disputa de un tesoro, pero creo que tiene más interés que fuera cegado por la envidia como así lo has escrito. Me cuadra más por el final del relato que es magnífico, porque quererse quedar con el tesoro de otro, que no le pertenece, y finalmente abrirlo, y encontrarse un espejo, donde se refleja el rostro de uno mismo, tiene que ver con la imposibilidad de ser otro distinto a lo que uno es, y puesto que "la tragedia comienza cuando uno quiere ser otro",(lo dijo no se quien), que es lo que quería Ojos de Serpiente, ser Media Luna, fundamenta el origen profundo de un pecado capital que es la ENVIDIA. Gracias por añadirme a tu blog y por tu risa. Y dado que en tu círculo tienes once añadidos y yo he sido la última persona en ser añadida me despido de ti con afecto,
ResponderEliminarOnceavamente tuyo.
DEMOTHI