Antes de comenzar la lectura...conviene leer el siguiente recodo:
Pupilita, publicado el 17 de agosto de 2014.
PRIMERA PARTE
Pupilita, publicado el 17 de agosto de 2014.
PRIMERA PARTE
Guillermo se aferraba a una pistola desintegradora modelo
3000, escondido en el pequeño rincón de los médicos de la clase de párvulos temía
que “pantalones sucios” le encontrara. Por un momento creyó mimetizarse entre
un montón de muñecos tendidos en hamaquitas, pero “pantalones sucios” le
distinguió perfectamente.
El fonendoscopio junto con los termómetros y bisturís de
plástico cayeron sobre su cuerpo cuándo el temible “pantalones sucios” alargó
la mano hacia su cabeza. “Ufff por poco…” masculló Guillermo subiendo veloz las
escaleras del segundo piso.
Guillermo se ocultó en una clase de niños más mayores,
dentro de un armario repleto de escuadras para pizarra, reglas, cartabones,
hojas gruesas y alargadas… se encontraba en el aula de plástica. El olor de las
láminas pintadas con ceras Mayer le permitió tranquilizarse y pensar en voz muy
baja:“ pantalones sucios olió mi miedo, tengo que concentrarme y …” pero sus
pensamientos fueron interrumpidos… la silueta horrible de “Pantalones sucios”
se dibujaba en el suelo de mármol frio.
Había llegado el momento de usar la
desintegradora 3000. Cerró sus ojos tratando de concentrarse en las pequeñas
ondas que debían surgir de la pistola, sin embargo nada salió de ella.
Las gotas de sudor resbalaban por la cara empalidecida de
Guillermo cuándo el temible “Pantalones sucios” le halló temblando.
- - ¡Dame la pistola!- gritó Pantalones sucios.
Guillermo intentaba concentrarse, con los ojos entrecerrados
tartamudeaba palabras que había escuchado en películas en las que finalmente un
giro inesperado salvaba al protagonista de una muerte segura.
- -¡Dame la pistola!- grito más fuerte tragándose
tres de los suggus que había quitado a dos niños de cuarto curso.
A pesar del miedo sus manos seguían sosteniendo firmemente
la 3000.
Una vez más Guillermo observó el sencillo garabato que su tío
le había dejado a modo de marca personal junto al gatillo. Fue el mejor regalo
de cumpleaños.
De repente Guillermo se elevó en el aire, no era magia, sino
las grandes manos grasientas de Pantalones Sucios.
- -Ahora me darás la pistola.- sonrió
maliciosamente.
- -No, no te la dará.- pronunció una voz agudísima.
Guillermo abrió sus ojos ante el gigante de sexto curso que
tiraba de sus pelos sin piedad, la enorme cara de Pantalones Sucios no le permitía ver quién
osaba dirigirse a tal monstruosa criatura.
¿Serían los hombrecillos del sofá? ¿Por qué no funcionaba la
desintegradora? ¿Su tío le había mentido? ¿No era esa la verdadera, la que
desintegraba…? muchas preguntas para un
sólo segundo de incertidumbre.
Diario secreto de Pulgarcito de Philippe Lechermier y Rébecca Daut |
CONTINUARÁ….
Baya...me cortaste la emoción..... tranquila, esperaré con paciencia el resultado....BESOS *_<
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