lunes, 17 de marzo de 2014

La gran explosión

Ezequiel levantó la mano gritando: “Yo quiero hacerlo, yo quiero hacerlo”.
El interés que despertó en él aquel experimento de ciencias le llevó a aventurarse intrépido entre los demás niños de su edad, que también  acumulaban en sus ojos ese brillo de esperanza  e ilusión por iniciar el estallido de un volcán ficticio.

El maestro les observó dubitativo, cerrando los ojos intentó  tomar una decisión, debía elegir, sin embargo, veía en todos ellos un ardiente deseo , por lo que no pudo evitar formularles la siguiente pregunta:

-         -¿A qué renunciarías por hacer la explosión?.

Todos los alumnos se miraron extrañados ante la cuestión.

-         - No hace falta que me respondáis ahora, tomaos vuestro tiempo, razonar la respuesta durante esta semana. - Les explicó tranquilamente recogiendo las probetas.

Durante esa semana le llegaron al maestro numerosas contestaciones un tanto curiosas, en algunos casos disparatadas.

Transcurrida la semana el profesor volvió a iniciar el experimento del volcán. Al concluir su explicación sobre la reacción que haría simular la erupción volvió a mirarles, esta vez sin dudar, leyó en voz alta una de las respuestas: “ No haría la gran explosión, la esperaría”.

Todos se miraron expectantes hasta que Jaime rompió el silencio:

-         - Eso no vale porque usted preguntó qué es lo que dejaríamos de hacer para realizar la explosión.

-         - Siento que lo veas así Jaime, en realidad, es lo que ocurre con la vida muchas veces, yo también pensaba que se debía renunciar a todo aquello que nos gusta mucho o demasiado, pero para realizar una gran explosión necesitamos saber que no haciéndola ya es suficiente, porque las grandes explosiones de la vida no se realizan, se viven.

El maestro asentó con la cabeza a Ezequiel que llevaba aguardando su deseo con pasión durante toda la semana.

 RESPUESTAS  OFRECIDAS POR ALGUNO DE LOS ASPIRANTES PARA LA    REALIZACIÓN DE LA EXPLOSIÓN:


Julián ( 9 años):  Me quedaría sin recreo.
Pablo ( 9 años) : Estaría sin comer ni dormir un día.
Macarena ( 9 años): No iría al cine nunca más.
Nayra ( 9 años): No vería a mi perro Chispas en esa semana.
Katia (9 años):  Me fugaría de casa, dormiría en el parque pasando mucho frío, construiría una cabaña con palos convirtiéndome en una superviviente.
Jairo (9 años):  No iría a entrenar con mi equipo, ni comería macarrones con mayonesa, que después de las patatas fritas es mi segunda comida favorita.
Luís Ángel ( 9 años): Me pondría a estudiar todo sobre los volcanes en vez de jugar con Inés.
Maite (9 años): No iría a natación, ni me compraría regalices de fresa, guardaría la propina de la abuela y se la daría a un amigo de mi hermano para arreglarle las ruedas del coche.










1 comentario:

  1. Los niños, entre respuestas disparatadas e increibles, te pueden llegar verdaderamente a sorprender como uno ni se imagína...IMPRESIONANTE...besotes *_<

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